lunes, 16 de junio de 2025

Mieko Kawakami: Pechos y huevos

Idioma original: Japonés

Título original: Natsu monogatari (夏物語)

Traducción: Lourdes Porta Fuentes

Año de publicación: 2019

Valoración: Se deja leer

De acuerdo con datos de la World Population Review¹, los países con mayor tasa de cirugías estéticas son, en orden descendente, Corea, Argentina, Brasil, Colombia y Grecia. Al igual que los estándares de belleza varían según la geografía y la cultura, el tipo de cirugía predominante en cada país también es diverso y emblemático de cada región: en Corea, la cirugía de párpados; en Brasil, el Brazilian Butt Lift, y en Colombia, el aumento de pecho, reflejado incluso en títulos de célebres producciones como Sin tetas no hay paraíso. Comienzo la reseña con estos datos para subrayar que esta novela jamás podría haber sido escrita en, por ejemplo, Brasil o Colombia.

Natsuko, la protagonista, aloja temporalmente en su pequeño (y muy pobre) departamento de Tokio a su hermana mayor, Makiko, y a su sobrina. Aunque las hermanas crecieron juntas y compartieron muchas experiencias, poseen caracteres completamente distintos y formas muy diferentes de entender la vida. Estas diferencias quedan en evidencia ante la situación central de la trama: Makiko viaja a Tokio para realizarse una cirugía de aumento de mamas, un procedimiento relativamente poco frecuente en Japón, en comparación con las operaciones de párpados o los liftings faciales. 

Makiko se nos presenta como una mujer superficial, inculta, y obsesionada con el paso del tiempo y los efectos del envejecimiento. En contraste, Natsuko, aunque ingenua, es propensa a la reflexión (por no decir rumiación) de todo lo que ocurre en su entorno. Como cereza del pastel de este drama de la condición humana, tenemos a la sobrina, Midoriko, una adolescente en plena pubertad cuyo cuerpo en florecimiento contrasta visiblemente con la marchita figura de Makiko. Como no podía ser de otra forma, Midoriko es sumamente introvertida, al grado del mutismo, por lo que tiene que hacer uso de una libreta para comunicarse con su madre y tía. Sus reflexiones se nos presentan intercaladas en la novela a manera de entradas de diario, permitiéndonos asomarnos al caos existencial que atraviesa.

El libro tiene sus momentos interesantes, pero lamentablemente, si tuviera que definirlo con una sola palabra, sería esta: aburrido. La novela cuenta con alrededor de 500 páginas que, con una buena edición, podrían haberse reducido fácilmente a unas 200 (culpo completamente al editor; aunque no estoy del todo seguro, parece que se trata de una reedición motivada por la falta de impacto inicial). A riesgo de molestar a los defensores del slow pace, esta obra se extiende demasiado en descripciones superfluas que, en mi opinión, no aportan verdadera profundidad ni relevancia narrativa.

Asimismo, la sobrina con mutismo selectivo parece más un pretexto para introducir otro punto de vista narrativo que una verdadera oportunidad para generar contrastes o diálogos internos convincentes. Finalmente, el eje central de la novela, la cirugía de aumento de mamas, termina siendo un arma de doble filo: puede ser una invitación a reconsiderar desde una perspectiva distinta un acto aparentemente banal, o bien, ser un tema trivial si se lee desde países donde dicha intervención es algo cotidiano. Sin embargo, en un mundo donde podemos enterarnos fácilmente de lo que ocurre en otras culturas desde nuestras pantallas, siento que el intento quedó en mera intención.

A pesar de estos aspectos negativos, es justo reconocer que Pechos y huevos tiene el mérito de abordar temas sensibles sobre el cuerpo femenino, la presión social y el paso del tiempo. Eso sí, desde una perspectiva claramente japonesa. Su estilo intimista, aunque en ocasiones excesivamente pausado, logra transmitir las inseguridades cotidianas de sus personajes. Aunque la obra no alcanza plenamente su potencial, creo que consigue momentos que invitan a la reflexión sobre lo que implica ser mujer en sociedades obsesionadas con la belleza y la juventud.

1. https://worldpopulationreview.com/country-rankings/plastic-surgery-by-country

domingo, 15 de junio de 2025

Sonya Walger: León

Título original: Lion 
Idioma original: Inglés 
Año de publicación: 2025
Traducción: Esther Cruz Santaella
Valoración: Recomendable 

León
podría ser el bonus track de la semana temática "Padres de libro" que montamos hace un par de meses porque es una novela autobiográfica en la que la autora explora en la relación con un padre "no del todo perfecto", en la que nos habla de escisiones silenciosas y solitarias, de silencios y palabras que esconden la verdad, de amor (why not?), de abandonos, reencuentros, amputaciones, vida, muerte, etc.

Siendo más conciso, diría que esta novela es un mapa de los afectos construido con las piezas de un rompecabezas. ¿Mejor así? Porque esta no es la historia de la vida de Sonya Walger o de su padre sino que son historias de sus vidas, de su relación y de la relación de ambos con otros miembros del universo familiar. 

La idea de rompecabezas es clave en el aspecto formal del libro (saltos temporales, episodios aislados) y transmite la fragmentariedad y las disociaciones de la vida familiar, si bien juega un poco en contra del libro en la parte inicial. 

Uno tiene la sensación, en esss primeras páginas, es de leer una serie de episodios inconexos, de no ver demasiado bien a dónde quiere llegar la autora. Esto, unido a alguna escena que bordea el "telefilm", deja un regusto agridulce.

Afortunadamente, el libro crece (y mucho) en su segunda mitad. Las piezas van ensamblando, la imagen del padre se hace más  nítida, la soledad y la desubicación que atenaza a los personajes y los efectos del paso del tiempo en cómo observamos a los demás y cómo estos nos observan se reflejan en toda su crudeza. Especialmente brillantes, por la conjunción de fondo y forma, me parecen dos capítulos: Adrenalina e Intermedio.

Me pregunto cuántos años de mi vida me he pasado añorando a las mi padre, y ahora está aquí y quiero que se vaya.

En resumen, un libro que, pese a ciertos titubeos iniciales, crece con el paso de las páginas, que evita caer en la idolatría, en la autocomplacencia o en el "ajuste de cuentas" y que deja a este lector pensando si estará haciéndolo más o menos bien (signifique lo que signifique) en eso de la paternidad.


sábado, 14 de junio de 2025

Shintaro Kago: La formidable invasión mongola

Idioma original: Japonés
Título original: Choudouryoku Mouko Daishuurai JP
Traducción: Olinda Cordukes Salleras
Año de publicación: 2014
Valoración: Delirante

La formidable invasión mongola es una locura que sólo Shintaro Kago podría concebir: una ucronía con toques bizarros, surrealistas, "ero-guro" y cómicos que exprime su premisa al máximo. Describe un mundo en el que los humanos domestican a los caballos mongoles, extrañas criaturas en forma de mano que se amputan a unos seres gigantescos.

El manga muestra cómo la implementación de los caballos mongoles afecta al curso de la Historia. Para ello revisita, en capítulos bien diferenciados, varios países en distintas épocas (la conquista de Temujin, la creación de las primeras rutas comerciales que permiten llevar el descubrimiento a occidente, la revolución industrial, la primera guerra mundial, los inicios de la fabricación en cadena de montaje, etc...) y recontextualiza a figuras como Temujin (más tarde conocido como Gengis Khan), Vasco da Gama, James Watt o Henry Ford.

Esta ida de olla no explora solamente el delirante concepto de caballos mongoles (con su origen, su recorrido histórico, su uso, etc...), sino que también entrega otras ideas igual de extravagantes, como la comunicación con vómitos, las tiendas de sogas para suicidas, las trincheras laberínticas con un "maid café" o un aula de órgano electrónico, las cintas transportadoras con mujeres desnudas, etc...

Aunque La formidable invasión mongola no se toma en serio a sí mismo, critica a la humanidad, dispuesta a todo en pos del progreso, incluso si para ello debe explotar los recursos naturales del planeta o someter a diversas especies animales.

La narrativa visual de este manga no hace gala de la originalidad de que es capaz Kago. Sin embargo, su apartado gráfico es tan bueno como siempre. Y es que, en estas páginas, el mangaka despliega su habitual nivel de detalle, sus elaborados entramados y sus imaginativas arquitecturas o anatomías.

En definitiva, La formidable invasión mongola es una obra tan creativa como divertida. Gustará sobre todo a los amantes de las gamberradas desacomplejadas que supuran humor negro, y aunque no figure entre lo mejor de Kago (¡el listón está injustamente alto!), satisfará holgadamente a los completistas de este irrepetible autor.
 


También de Shintaro Kago en ULAD: Aquí

viernes, 13 de junio de 2025

Bernd Brunner: Vivir en horizontal

Idioma original: alemán

Título original: Die Kunst des Liegens. Handbuch der horizontalen Lebensform

Traducción: José Aníbal Campos González

Año de publicación: 2012

Valoración: Curioso


No sé si existe alguna estadística fiable sobre cuántos libros se han publicado a lo largo de la historia. Son sin duda miles, quizá cientos de miles, desde las culturas más remotas hasta la misma actualidad, en todas las lenguas habidas y por haber, en todas las épocas y formatos, pergaminos, opúsculos, cartas, catecismos, tocando todos los géneros conocidos y sus derivaciones. Y en todo ese diluvio de libros se han tocado todos los temas, ya sea desde la ficción o desde la voluntad de transmitir conocimientos sobre cualquier asunto. Así que seguro que ha habido precedentes, el mismo Bernd Brunner cita algunos, pero no serán muchos los textos que se refieran a algo tan humano como una postura, la posición del cuerpo en la que todos los humanos que fueron, son y serán hemos pasado una buena parte de nuestra vida. Unos más que otros, es verdad, y por razones muy diversas. Pero en definitiva algo que nos une sin remedio y sin excepciones: todos estamos cada cierto tiempo en posición horizontal.

Desde luego, se puede construir un libro entero sobre esto tan obvio y tan conocido, pero tampoco es tan fácil. ¿De qué hablamos? ¿Empezamos con nuestros antepasados acurrucados en cuevas, o avanzamos hacia camastros rudimentarios construidos con algo de paja o ramas? ¿Hablamos de la costumbre romana, no sé si también griega, de comer recostados? ¿Quizá algo parecido a una historia de la cama, con sus modificaciones estructurales o la importancia de su colocación según el feng shui? ¿Tocamos la segmentación social o política para ver al poderoso repantingado mientras los súbditos permanecían de pie? Pues sí, todos estos asuntos los toca el libro, juntos con muchos otros relacionados con el sueño, sus horarios y aspectos médicos, las posturas idóneas para bebés y las preferidas en el lecho compartido, la influencia de Oriente en las rudas costumbres europeas, aparatos absurdos asociados  (al menos teóricamente) al descanso y la relajación.

Como se ve, es una fuente inagotable de cuestiones que podríamos obtener de una sencilla brainstorming, porque a todos se nos pueden ocurrir mil ideas relacionadas con la posición horizontal del ser humano. 

Muchas de ellas las desgrana el autor a los largo de unos treinta capítulos, de tres o cuatro páginas cada uno, en los que va revisando con una pizca de humor, más bien poquito, tantos puntos de vista posibles. La lectura es agradable, ligera, quizá demasiado ligera, porque, siendo sinceros, el tema sí que es original pero también bastante intrascendente. La consecuencia es que leemos digamos con agrado pero sin mucho interés, invitando el texto a detenerse en algún detalle curioso y poco más. 

Me temo que el asunto no da para mucho más, aparte de comentarios de algún cariz humorístico, porque si de esto alguien pretende hacer un análisis antropológico o cultural de más enjundia tal vez podría estar provocando que el lector quede traspuesto, ya sea en esa posición horizontal o en alguna alternativa, con variantes llámese butaca, sofá, hamaca, tumbona o a ras de tierra, bajo un árbol sobre la hierba, o en la arena de la playa.


jueves, 12 de junio de 2025

Colaboración: El diablo en la cruz, de Ngugi wa Thiong’o

Idioma original: Kikuyu o gikuyu

Título original: Caitaani mũtharaba-Inĩ

Traducción (del inglés): Alfonso Ormaetxea

Año de publicación: 1980

Valoración: Tendría que ser kikuyu originario para poder hacer una valoración justa.


El diablo en la cruz es un libro muy especial, algo totalmente inesperado en Europa y en el resto de lo conocido como mundo occidental. Fue el primer libro que Ngugi wa Thiong’o escribió en su lengua materna, en kikuyu o gikuyu. Lo escribió para los pueblos de su cultura natal, sin importarle que pudiera tener otros posibles lectores. Eso hace que toda su primera parte nos desconcierte a quienes no somos nativos de la cultura kikuyu. Además lo escribió pensando en los que no saben o no quieren leer en inglés y para aquellos a quienes recomienda que lean y escriban en su idioma materno. Tal vez eran muy pocos los que 1980, año de su primera edición, sabían leer kikuyu ¿Cuántos libros escritos en ese idioma existirían por entonces? Según nos cuenta el mismo Thiong’o, en la escuelas de Kenia, cuando él estudió en ellas, se prohibía hablar kikuyu; educar era enseñar a hablar, leer y escribir en inglés.

En algunas de sus obras escritas en el idioma de los colonizadores, libros que le dieron una muy merecida fama, Ngugi propone Descolonizar la mente y escribe una tesis para impulsar la escritura en las lenguas de los habitantes originarios de Kenia. Aquí, en El diablo en la cruz, Thiong’o no propone, lo hace y elige atinadamente personajes y costumbres sumamente populares para demostrar a su pueblo lo que considera de primordial importancia: con los colonizadores llegó a Kenia un sistema hecho para robar y depredar, que logró instalarse manejado por quienes quedaron al frente del país, al servicio de los antiguos colonizadores, después de la independencia política.

A nosotros, los “occidentales”, la primera parte de la novela nos parece no solo una ironía, más bien la vemos como una burla grotesca del sistema económico en que vivimos. Desde nuestro rincón cultural, preferimos leer, para criticar al sistema, a sesudos pensadores: Marx, Arendt, Althusser, Habermas, Zizek. Y los comentaristas damos maromas para defender a un gran literato que escribió, para hablar del sistema económico imperante, lo que dicen los choferes ilegales del transporte público más usado en nuestros barrios marginales. Definitivamente Thiong’o no escribió El diablo en la cruz para nosotros ¿Cómo juzgar desde nuestra cultura egocéntrica a quien escribe para una cultura que podría salvarnos de devorar nosotros mismos nuestra biósfera?

Intrigado, todavía sin entender y molesto por lo grotesco de las burlas, seguí leyendo la novela hasta el final y apareció, no podía ser de otra forma, la magia de Ngugi, con la que, a una de las protagonistas, una mujer del pueblo, la convierte, sin alardes, con una enorme sencillez, en símbolo del pueblo kikuyu: hermosa, que luce con orgullo su atuendo tradicional que la embellece aún más, segura de sí misma, que asume su pasado donde fue mancillada sin negarlo, amando a la hija de ese pasado y firme en la defensa de un futuro de cuya construcción se hará responsable, superando cualquier dificultad: Wariinga, la mujer kikuyu que representa a todo su pueblo natal, por arte mágico de Nugi wa Thiong’o.

Firmado: David Batista

Más reseñas de Ngugi wa Thiong’o en ULADaquí

miércoles, 11 de junio de 2025

Kate Brown: Manual de supervivencia


Idioma original: 
inglés

Título original : Manual for Survival

Año de publicación: 2019

Traducción: David Muñoz Mateos

Valoración: necesario 

De acuerdo con que la atención prestada al asunto de Chernóbil puede que ya nos parezca suficiente: aquí o también aquí o incluso aquí , tanto en este blog como en algún adormecido proyecto paralelo, ya se le ha dispensado alguna cobertura a sus hechos y a sus repercusiones inmediatas. Afortunadamente estamos en una época dorada y pujante de la posibilidad de acceso a mucha clase de información, soslayemos los debates sobre sus límites, su saturación, la necesidad de filtros y advertencias constantes que nos aconsejan justo eso: relativizar ese aluvión avasallador de datos que se complementan o se contradicen según sean los intereses. Que Chernobil sucedió es innegable, que fue la espoleta del final de los dos bloques (eso decíamos en los 90: hoy diremos que de los dos bloques en su formato post II WW), que puso al mundo en alerta sobre el uso de la energía nuclear y sus protocolos de seguridad...

Kate Brown, investigadora de campo, da un paso más en este Manual de supervivencia. Ahí es donde se justifican esas algo extenuantes quinientas páginas. Recupera, por si algún astronauta la necesita, la puesta en contexto, los datos básicos. Las fechas, los hechos, los protagonistas activos y pasivos, desfilan uno a uno. Pero esa superficie es conocida, gracias al tesón de quien investigó en su momento para que, al menos, los posibles daños inmediatos fueran conocidos. Lo que Kate Brown hace va más allá de estadísticas, de hechos constatados o incluso de toda aquella máxima que pueda ser distorsionada en clave política (el gobierno de la URSS actuó como un colectivo monolítico obstinado en preservar el poder antes que proteger a la población) o incluso filosófica (la energía nuclear es el producto del ansia de la comunidad científica por descodificar el universo y jugar a ser dioses). Brown acude a los lugares y se encuentra las clásicas sorpresas, tres décadas más tarde. Portazos, restricciones de acceso, escasa colaboración de los estamentos oficiales, oportunas desapariciones de información comprometedora, oportunas lagunas de memoria de los implicados supervivientes.

Por eso es un mérito,  porque haya llegado a ese volumen de información, por todos los cauces que ha tenido que nadar a contracorriente para obtenerlos, y que (convengamos que esa fecha, 26 de abril de 1986, podría perfectamente haber significado el inicio del fin de la vida en Europa) porque esos datos sean tan irrefutables como espeluznantes. Desde la incidencia de enfermedades relacionadas con la radiación, el comportamiento de los órganos con respecto al variado abanico de elementos radiactivos, su perdurabilidad, sus dosis, la comparación con los estudios efectuados tras Hiroshima y Nagasaki, la denuncia de todas las mentiras usadas como argumento para sosegar a la población (no solo en la URSS, también en los entornos de los ensayos nucleares de Francia, USA, u otros paises), el perverso argumento de las cuotas de producción para, con la tosca técnica de la mezcla y la disolución, reintroducir alimentos, agua, materiales irradiados ya no solo en ciclos productivos sino incluso en el consumo humano. No es fácil recorrer ese camino, llegar a esos datos, ni lo es es, al leerlos, reconocer lo cerca que estuvimos de que las grandes capitales centroeuropeas fueran hoy un catálogo de ciudades fantasma en la oferta de agencias de viajes de riesgo. Es, más bien, escalofriante, igual que suponer que sólo esa situación hizo extremar las precauciones, los controles, los niveles de seguridad, y que a saber qué necesitamos que ocurra en el futuro para volver a darnos cuenta de que tampoco eso era suficiente.

martes, 10 de junio de 2025

Ander Izagirre: Cansasuelos. Seis días a pie por los Apeninos

Idioma: español

Año de publicación: 2015

Valoración: entre recomendable y está bien

Pequeño y simpático libro de viajes, en este caso sobre un trayecto a pie que realizó su autor entre la plaza mayor de Bolonia y la catedral de Florencia; seis días para atravesar los Apeninos por el llamado "Vía de los Dioses" -a cuenta de los topónimos relacionados con el panteón clásico-, transitado ya por los antiguos etruscos y, por supuesto, por los romanos, escenario de cruentas batallas tanto en la antigüedad como en la II Guerra Mundial; última morada de miles de soldados alemanes, tierra de leyendas y de castillos y, sobre todo, de la suculenta gastronomía emiliana y toscana (de la que dan buena cuenta el autor y su acompañante). Todo ello para llegar al fin a Florencia, ciudad turistizada hasta el extremo, ciertamente, pero también tan repleta de belleza que ni la desdeñosa ironía contemporánea puede sentirse indiferente a ella. Una recompensa inefable para seis días de esfuerzo (hasta cierto punto) y aventura (ídem).

El librito, ya digo, resulta entretenido y simpático, aunque, por ponerle alguna pega, quizás hace demasiado caso a detalles triviales, lo que le costó subir la cuesta de este monte y luego arriba se comió un bocadillo o si se cruzaron con un señor que paseaba con su perro. cosas así... Cierto que estos detallitos son el aglutinante que une la sustancia de las crónicas de viajes, no todo van a ser descripciones sublimes, referencias históricas y encuentros transcendentales, pero en un libro tan breve como éste; tampoco es que importe mucho, porque el tono general es tan grato y su lectura tan fácil, además de rápida, que para cuando la reiteración de estas menudencias resulte cargante.

Así las cosas, vuelvo a insistir en que el libro se lee con facilidad y resulta suficientemente satisfactorio; un tentempié ligero antes de acometer caminatas más largas, libros que pueden exigir de nosotros/as mayor concentración y, en ocasiones, también una mayor capacidad de sacrificio lector...

Más libros (y una entrevista) de Ander Izagirre en este insuperable blog: Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de bueyPotosí, ALTAÏR magazine. Contar(nos) el mundo (VV.AA.)

OSZAR »